POESIA DE LO URBANO

Poesía del barrio, de la calle, de los que transitan, del amor, de la vida...

sábado, 12 de diciembre de 2009

Rogelio Echavarría (Santa Rosa de Osos, 1926)


Ubicarlo simplemente como poeta de lo urbano es limitar su campo de acción, pues Rogelio Echavarría hace con su poesía un homenaje al amor en dos sentidos: el amor pasional y fraternal, ambos marcados por la imposibilidad de realización. Un trágico acontecimiento en su vida, el prematuro abandono de su madre, fue el detonante para que el escritor se iniciara en el camino de la poesía. Su vida como poeta arranca desde la niñez; entre los diez y quince años escribe una serie de poemas titulados Canciones de un niño triste, en los que rememora el recuerdo, deteriorado por el tiempo, de la madre ausente y de las colegialas que le daban más que un amor ingenuo ,un interminable delírio, unido a los recuerdos propios de su infancia. El poema emblemático de este primer libro se titula Así sería mi madre; en él Rogelio, siendo un niño, construye la imagen de su madre con el borroso recuerdo que le queda de ella: Como la brisa que acaricia un lírio, /como un clavel fragante /Así sería mi madre: númen santo de mágico sociego /¡Así sería mi madre... si existiera! Pero llegan los tiempos de adolescencia y Rogelio se enamora y el recuerdo de su madre se desvanece, al menos en su poesía, y aunque no totalmente definido se empieza a enmarcar su estilo en Edades sin tiempo, libro en el que se derraman una vez más esa melancolía y ese enamoramiento impedido que no lo abandona. Su mundo interior y solitario: "había descubierto lo que de ahí en adelante iba a ser el eje de su existencia, la mayor razón de ser, tal vez, de su vida, es decir, había comenzado a aprender esa peculiar ingeniería con la que se trabajan las palabras para producir el misterioso efecto que llamamos la poesía. Pero no sólo el amor se escurre por los versos de sus poemas, sino también la muerte. Una niñez marcada por el abandono y la soledad, por una constante pérdida de los seres que amaba: su tío predilecto, su amada adolescente, un amigo del barrio desaparecieron tras la sombra de la muerte y crearon esa necesidad de referirse a ella: "La muerte ha sido una obsesión mía desde mucho antes de conocerla cara a cara, y su sola mención me arrancaba lágrimas". Rogelio Echavarría, poeta de emociones manifiestas, en una entrevista que le hace José Ángel Leyva habla de su infancia, de su relación con la Literatura y la poesía, momento en el que exalta su primera década de existencia como el componente principal de su poesía. En Edades sin tiempo, y esto no podemos pasarlo por alto, escribe un hermoso poema que dedica a una jovencita que padecía una enfermedad terminal y de la que el poeta se enamoró locamente, en vida lloró su muerte tal héroe romántico: Y yo aliento en el alma de tu olfato,/ que tantos jazmines me hizo imaginarme./El remoto silencio de tus manos, / imposible la única sortija . / (Morirás sin el beso que nunca quise imaginarme)./ Ahora comprendo por qué el aire me faltaba. Estos poemas revelan a ese Rogelio romántico, fatigado por la soledad y la ausencia. Imposible pasar por alto en esta reseña bibliográfica la ardua labor de Rogelio como periodista, profesión que ejerció desde muy joven. A los quince años se inicia como periodista en el radioperiódico Ecos de la montaña en Medellín, donde conoció a varios poetas y se enamoró de su afán por enaltecer el romanticismo desde otra perspectica: "Poetas románticos soñando siempre imposibles". Así es Rogelio Echavarría, un paseador de la poesía al periodismo, de asistente de proyección en su pueblo natal a periodista de los diarios más importantes de Madellín y Bogotá, El Tiempo y El Espectador. Poeta y periodista prematuro, pues a su vida todo llegó siendo muy joven. Formalmente Rogelio Echavarría es conocido como autor de un único libro El Transeúnte, obra que hasta el momento ha tenido siete publicaciones y que aparece inicialmente en la revista Mito (fundada en 1955, se convirtió en un importante movimiento poético en Colombia), de la que Rogelio fue colaborador. Rápidamente se influenció por las corrientes poéticas que proponían los poetas que la conformaban y se unió a esa búsqueda, o más bien, a esa iniciación del proyecto que los marcó: la unión de lo estético con lo ético. En El Transeúnte se oculta el Rogelio enamorado y aparece el conocido poeta urbano. Los poemas de este libro refieren la Colombia de la época, azotada por una ola de violencia que hasta nuestros tiempos no encuentra final. Una Colombia que se desgarraba por el dolor de una violencia partidista. Las descripciones de la cotidianidad en los barrios, en las calles, en las casas de Colombia se poetizan en esta obra. Y Rogelio nos regala ese hermoso poema que es El Transeúnte, su poema legendario: Todas las calles que conozco/ son un largo monológo mío/Son un largo gemido/ todas las calles que conozco. No obstante, esa poesía social no pierde su rasgo intimista, el poeta no abandona su tono apesadumbrado, aunque logra combinarlo con un humor cotidiano. José Ángel Leyva preguntó a Rogelio: "¿Qué le ha aportado la poesía a tu vida y esas calles que repasan los transeúntes hacia dónde nos conducen?". El poeta dio dos respuestas en una: "La poesía me ha abierto un camino, y esas calles conducen a ninguna parte. Mejor, tal vez, lo dice el final de mi poema Tránsito": ¿Qué soy sino, por fin, el que viaja con otros que no saben de donde vienen más que evacuados de una mujer, ni adonde van si no a ocupar el sitio que su sombra señala?

Algunos elementos de este texto han sido tomados de la entrevista
El Transeúnte: paso a paso de José Ángel Leyva.

El transeúnte (Rogelio Echavarría)

Todas las calles que conozco
son un largo
monólogo mío,
llenas de gentes como árboles
batidos por oscura batahola.
O si el sol florece en los balcones
y siembra su calor en el polvo movedizo,
las gentes que hallo son simples piedras
que no sé por qué viven rodando.
Bajo sus ojos —que me miran hostiles
como si yo fuera enemigo de todos—
no puedo descubrir una conciencia libre,
de criminal o de artista,
pero sé que todos luchan solos
por lo que buscan todos juntos.
Son un largo gemido
todas las calles que conozco.

Así sería mi madre si existiera.
Este poema es tomado de su libro "Canciones de un niño triste"

Así sería mi madre
Como la brisa que acaricia un lirio;
como un clavel fragante;
como arroyuelo que en su clara linfa
lleva con sus cantares un delirio;
como una vaga ninfa;
como un alma sangrante
entre luz y martirio.
Así sería mi madre…

Cándida y frágil palomita blanca
que arrullos y desvelos
deja en el nido de sus tres polluelos;
espuma que en cristales se evapora;
trino de ave canora;
ruego y fervor que arranca
del enigma consuelos;
espiga que se dora.
Así sería mi madre…

Tendrían sus miradas los destellos
de una glauca laguna
y a la vez que sus brazos, sus cabellos
formarían una cuna.
De sus hijos los pasos
retratarían las ondas
del mar de sus ojazos.
Así sería mi madre…

Caricia de ala angélica, perfume
de brezos y jazmines;
gota de fresca lluvia en sed de amores;
corolas policromas de las flores;
tibieza de candores;
murmullo de canciones
en pálidos confines.
Así sería mi madre…

Así sería mi madre: numen santo
de mágico sosiego;
manantial y lucero, senda y canto
que orienten hacia el bien a un hijo ciego
que, pobre peregrino,
maldice su destino.
De estrellas me cubriera
al desplegar su manto.
¡Así sería mi madre… si existiera!

Agonía
Tomado de "Elegías Prematuras"

Ahora comprendo por qué el aire me faltaba.
Subía, subía la sangre su azucena incansable
y no encontraba el corazón

que la contuviera y viviera.
Y era verde el frío

que bajaba de la luna sombría.
Agua sólida ahogada
en cavernas sin eco.
Y sed en tierras duras subconscientes,
y sed en toda cosa y toda vida,
¡y sed…!
Ahora comprendo por qué algo más si no aire me faltaba

para estar en tu ambiente afiebrado.
Tu padre está a tu lado como queriendo reincorporarte,
respirando por las mismas ventanas de tu olfato
que tantos jazmines hizo imaginarme.
Pero tu consunción no es culpa mía
ni del libro que te regalé cuando en la infancia
un imposible amor…
¿o el mío quizás…?
Ahora comprendo todo el misterio de tus ojos aislados,
en verde-azul translúcidos,
tu mirada admirable, honda como las lágrimas
y tan profunda que me traspasaba
como si yo fuera un cristal…
Y el dejo de tu voz, que llegaba cansada
como si no quisiera pasar de los quince años
ni desatar las trenzas, ni ver frutas maduras,
ni decir prematuras e infinitas palabras.
Y el remoto silencio de tus manos,
imposible la única sortija.
(Morirás sin el beso que nunca quise imaginarme).
Ahora comprendo por qué el aire me faltaba:
¡porque el tuyo era el mío!

Poética
¿Qué es poesía? preguntas.
Hago luz y -discreta y sorprendida- huye
la poesía: ¡esa sombra!

Epitafio
Al fin voy a dormir
despacio
y solo.






viernes, 11 de diciembre de 2009

Mario Rivero

Mario Rivero
Nació en Envigado en 1945 y murió en Bogotá el 12 de abril de 2009. Su carácter, de una gran voracidad y vitalidad lo llevó a dedicarse a diferentes oficios como obrero en Rosellón, cantante de tangos, actor de teatro, granjero, vendedor de libros y obras de arte hasta declamador; también se desempeñó como guía de excursiones artísticas y como importante crítico de arte en el diario El Espectador y la revista Diners, todo ello simutáneamente a su vocación central de poeta.

Su poesía significó una ruptura en lo que se refiere al orden de la forma poética. Y, aunque es cierto que esa ruptura ya se venía fraguando con los movimientos vanguardistas y lo que se conoce como la antipoesía y a su vez con los movimientos surgidos después del 50 en nuestro país, especialmente Rogelio Echavarría, perteneciente a la generación de Mito ya se había atrevido a abordar ciertos temas de tipo urbano en su poesía, la obra poética de Mario Rivero marca de una manera decisiva, definitiva la poesía en Colombia. Porque en sus poemas mediatiza la realidad citadina de una forma cruda, constante y directa. Es por eso que es reconocido como poeta de lo urbano consagrándose así como uno de los poetas más importantes en nuestro país.

A este poeta podemos ubicarlo en la generación de Golpe de Dados, aunque algunos críticos han querido vincularlo al nadaísmo por la temática esencialmente urbana que presenta su poesía como también por la manera de construír ese universo de temas a partir de la naturalidad y simplicidad de su lenguaje. Sin embargo, el mismo poeta renegó de esa filiación, porque no compartía la actitud de protagonismo que asumían los miembros de ese movimiento.

Como uno de sus más grandes logros sino es el mayor, es la creación de la revista de poesía Golpe de Dados en 1973 con la participación de dos poetas de la generación del 20, es decir de Mito, quienes sonFernando Charry Lara y Hernando Valencia Goelkel, de los cuales reconocieron una importante influencia asimismo como su admiración por el poeta nariñense Aurelio Arturo, sumándose a ella dos poetas de la generación del 40, o sea de Golpe de Dados, como son Jaime García Maffla y Giovanni Quessep.

Esta generación no pretendió de ninguna manera ser un movimiento literario ni autodenominarse como tal sino que fueron denominados así porque empezaron a publicar sus poemas en la revista y una característica considerable que permitía asociarlos era su desencanto hacia la vida, hacia lo vano y efímera de su naturaleza, además de su exploración común en el lenguaje. Algunos críticos se propusieron encontrar rasgos comunes entre ellos en lo que se refiere a su poesía y de esta manera poder agruparlos. Así pues, existen cinco tendencias bajo las cuales se pueden clasificar a los poetas de este período: Poesía crítica y autoirónica, poesía expresiva, de tendencia barroca, prosaica y narrativa y de carácter filosófico. Los poetas más reconocidos que hicieron parte de esta generación son: Darío Jaramillo Agudelo, José Manuel Arango, María Mercedes Carranza, Giovanni Quessep, Juan Manuel Roca, Jaime García Maffla, Mario Rivero, entre otros.


Poemas

La calle
Esta calle mi calle
se parece a todas las calles del mundo
uno no se explica por qué
suceden tantas cosas en un minuto
en una hora en doce horas
desde que el sol preña la tierra

Tiene puertas como bocas sin dientes
Las mujeres se asoman a las ventanas
y miran tan lejanamente...

Sobre un alambre en el que los días
hacen equilibrio cuelgan a secar
medias camisas y pantalones rotos

Tres mujeres con cara de pocos amigos
esperan el bus. Son modistillas
que van a los talleres de la ciudad
a coser su miseria con una aguja de oro

La beata de enfrente
acaricia con uvas a un gato lustroso
y le dice "my darling"
mientras un estudiante rregresa
a su cuarto de hotel
donde la cama en actitud de mujer pariendo
espera su saco de huesos
y colgado en la pared con una cinta
el retrato de la novia
que se ahorcó en sus trensas
y ya tiene dos hijos parecidos
a su marido el boticario

Al final de la calle está la casa
del farolito rojo
a donde van prostitutas niñas
con pelo color de miel
y senos como dos monedas de centavo frías

Esta calle mi calle
se parece a todas las calles del mundo
se ven estas cosas y otras cosas...

Extraído del libro Poemas urbanos.



Damasuerte






Señora Suerte:
No, no puedo recordar nada dulce,
que alguna vez haya hecho Ud. por mí.

Nació, no para ser mi novia,
sino para ser mi enemiga.

Ud. domó al león en mi jaula,
pero eso no fue bastante para cambiar mi corazón.

Esperé por Ud., la seguí,
embrujado por su perfume,
por su andar ondulado y danzante.
En la frontera que nos separa a Ud. y a mí,
no sabrá nunca de la herida que sufrí,
cuando pasaba cerca, coqueteando con los extraños.

Vi montones de viajeras, pero Ud. no salió de mi mente,
y es por eso que me fui buscándola por los muelles
y por los bares. Allí, donde los solitarios suelen llegar.
Aguantando todo lo que es posible aguantar,
duro como un roble,
y sintiendo un gran vacío por dentro.

Una sola vez, ¿la recuerda Ud.?
tropezamos los dos en la carretera.
Como alguien aquien de pensar se llega,
a materializar en exceso,
--trabada por sus vestidos, sus tules, sus joyas,
ella estaba allí, detrás de mi asiento de pronto--

"Me gusta el modo en que me amas,
Volveremos a encontrarnos un día"
la oí decir por ecima del hombro.

Y cada una de sus palabras sonaba a verdad,
y quemaba como un carbón.

Una vez más se le podía echar la culpa
a nuestros dos extraños destinos,
o a esa simple vuelta de la rueda de la fortuna.

Pues hubiera sido sencillo.

Haciendo patente lo que dice de su insensatez, hoy me busca,
cuando todo aquí dentro de mí es de piedra.
Cuando no tengo interés en que ocurre.

No, no puedo creer que después de tantos años, tantos años
de prometer y partir,
cuando ya no sé bien lo que quiere decir la palabra triunfar,
aún pueda tomarla en serio a Ud. ¡dulce puta!

El legado

Si en algún mundo extraño del año 3000
uno como yo viviera
esto es lo que salvaría para él
-antes de que se me escape, aprisa
de todo lo que tuve en la tierra...

Aquella primera madrugada que abrió su párpado rosa
sobre los dos en 1960
Un disco: "Strangers in the night" cantado por Sinatra
con su voz turbia, amanecida
La última foto de Guevara muerto sobre la alberca en Camirín
con su tenue sonrisa de todo-está-perdido
2 ó 3 cantos de Anacreonte --porque son locura--
El rojo y el vrede los colores por los cuales según Van Gogh
se podría cometer un crimen
El olor picante de leña en la chimenea
la música de un organillo callejero
un gato que se despereza
y el fragor de este oleaje que rompe contra la arena muda

Si en algún mundo extraño del año 3000
uno como yo viviera
esto es lo que salvaría para él
-antes de que se me escape, aprisa
de todo lo que tuve en la tierra...

Y del libro Del amor y su huella, les presentamos el siguiente poema:

En balance de vida tte digo:
no hay un solo acto mío, de ayer,
que no me parezca ahora vano.

Tan lejos como me llevaron mis pies
/caminé.
Mi pie astuto, crispado listo, para
/avanzar,
abriendo el camino pulgada a
/pulgada.

Pero ni los pasos del ángel,
ni la huella del monstruo, encontré.
Sólo hallé ciegos dando bastonazos
en la oscuridad. Y el móvil rastro
de moscas zumbadoras,
/arracimadas,
en esta bolita azul, que gira.

Al contrario de Saúl,
que partió con la esperanza de hallar
/sus asnos
y encontró un reino,
yo iba en busca del oro de mi deseo.
Pero donde esperaba hossanas
/encontré el silencio,
en lugar de púrpra vestí la arpillera,
y conocí el exilio en lugar del reino.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Entre sus virtudes estéticas

miércoles, 2 de diciembre de 2009

POESIA URBANA



"Poesía popular en el más bello sentido de la palabra, para leer y releer en voz baja, porque no soporta la declamación. Romance de lo cotidiano y lo doméstico. Gesta de los anónimos, de los desesperanzados, de los rutinarios".
Miguel Méndez camacho

martes, 24 de noviembre de 2009

De los autores


Este espacio virtual fue creado con el fin de hacer una semblanza y reconocimiento de dos de los más insignes poetas de la lírica colombiana del siglo XX: Mario Rivero y Rogelio Echavarría.
El propósito de reflexionar en torno a la obra poética de estos autores surge en espacio de la clase de Literatura Colombiana IV, asignatura del plan Licenciatura en Literatura orientada por el profesor Hernando Urriago, que actualmente cursan los autores en la Universidad del Valle (Cali - Colombia).

El grupo de colaboradores de este blog está integrado por los estudiantes:
Shirly Boya
Harold Córdoba
Julieth León
Johana Osorio
Isabel Torres


Especial agradecimiento a Angélica Grajales, por su ayuda en la realización de este blog.